Cierro los ojos y me dejo ondear,
oscilada por tus suspiros.
En tu piel, construyo senderos de caricias.
Soy ingeniera de caminos,
y vadeo franqueando cada lunar de tu espalda.
Hago un alto,
descanso recostando mis dedos en tu vello,
como si de un prado se tratara.
Decido zambullirme en ti,
resurgiendo en el lago de tu boca,
nadando
en el mar de tus besos.
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