jueves, 29 de junio de 2006

son tus labios


Son tus labios, me convierten en un páramo.
Sediento todo mi cuerpo de ellos,
mis manos yermas, mi pecho árido,
si no están mis labios en tus labios.

Es tu voz, me convierte en algaba.
Renace todo mi cuerpo de ella,
Mis manos fundadoras
de caricias en tu cara...
si tu voz me da besos en el Alma.

miércoles, 28 de junio de 2006

No existe para mi tu edad


No existe para mí tu edad

Esta es la historia de un deseo, tan inmenso, un sueño deseado con tanta fuerza, que cuando desperté encontré a mi lado a este hombre.

No existe para mí tu edad, no existen ni tus años vividos ni los míos, porque no nací antes de tu conocimiento.
Nací cuando te leí, cuando forjé para mí la idea de tu existencia, cuando inventé una cascada y la coloqué sobre tu boca, para formar tu risa, que apaga la sed de mi pasión expulsada por mis labios.
No existe para mí tu edad, pues tu vida la formé yo cuando inventé tus brazos que me ofrecen todo el amor que con tus manos eres capaz de rescatar de la tierra para mí, inmenso como el mar, como el océano que me das de beber en la copa que formas con tu cuerpo en ofrenda al mío.
Tu voz es el canto del cariño aún inexistente, pero construido a la medida que necesito.
Poco pido.
Sólo la lealtad que desde el comienzo de los tiempos equilibra cielo y tierra y mantiene a cada estrella...
Porque entre dos, debe haber un engranaje perfecto... entre dos.
Porque sé que aunque aun no te conozca, existes a la espera de nuestro encuentro.

domingo, 25 de junio de 2006

Desnuda


No he logrado acostumbrarme
Desde el primer verso que siento.
Cada vez que escribo pienso
Que salgo desnuda a la calle.

Será que mi desnuda alma
Teme enseñar su talle,
Enseñar las amapolas,
Su sentimiento palpable.

Guardado en su pecho suave,
Escondido en lo más hondo,
Como el más fuerte oleaje
El verso estalla de pronto.

Entonces, se viste mi alma,
Como si tuviera calma;
Fino lino,
Confeccionado con mimo,
Con patrones de metáforas,
Con epítetos de hilo,
(Como la blancura de luna
O el cerúleo azul celeste).
Cuando entera se desnuda,
Se desnuda con donaire.
Como ninguna,
Como nadie,
Como una rosa que arde.
Tan íntimo, tan personal,
Parece que le avergüenza
Lo que piensan los demás.

Con paciencia, muy tranquilo,
El verso desnudo muestra
Hasta paz del infinito.

Y ahora, mujer aquarena,
Homenajeada por todos.
Agradecer yo quisiera
Este cariño tan hondo
Que quien me escucha, me muestra,
Aunque trabajo me cuesta
Desnudar mi alma del todo…

Y es que todo lo sentido,
Con el corazón vivido,
Dentro mi pecho se guarda,
Un tesoro que me embarga,
Que me piden que yo muestre,
Que desnude ante la gente,
Todo el nardo de mi seno….

Mostrarla entera quisiera
Como quien enseña el cuerpo,
Como quien el cuerpo enseña….

Más… cada vez que escribo siento
Que salgo desnuda a la calle.
Desde el primer verso que pienso,
Yo, no logro acostumbrarme.

Pero me deseas



Que se le puede regalar a un poeta?

Se le puede regalar un pedazo de estrella,
un trozo de luna,
una pluma de ave mitológico,
un reloj que sea capaz de parar el tiempo,
un latido apasionado...

¿Que te puedo regalar, poeta...?

Te regalaría un adiós para que escribas versos sobre tu desdicha...
¡Ah...! Pero, me deseas con la misma intensidad que yo a ti!

Entonces te regalaré la imaginación suficiente para soñar mis besos,
mi cuerpo sobre el tuyo,
tu piel junto a mi piel,
y tu cuerpo dentro del mío...

Ese día será fiesta,
y nos envidiará el destino,
y la vida,
y hasta el aire...
Porque a lo largo de los tiempos, todo estaba preparado y creado para ese día,
para que nuestras almas se unan, se conozcan, se encuentren...

Te regalo un trozo de mi alma para que lo uses a tu antojo, el recuerdo diario de que existo, y la esperanza de que todo ocurra...

¿Quién sabe? Algún día, mi vida, algún día.

Soy alguien cualquiera que cultiva
un pequeño mar lleno peces.
Poemas que me llenan muchas veces
y unos niños que insisten en que viva.

Mis poemas maduro con saliva
y juegan en mi mente a Disparates,
y beben de estos peces, estos mares,
que me gritan y obligan a que escriba.

Mas no importa, si soy Rosa, o María
Antonio, Pepito o Catalina,
si a nadie mi nombre no interesa.

A mí me basta para estar contenta,
jugar con mis niños a los cuentos
y ver libros repletos de poemas

sábado, 24 de junio de 2006

Los cinco sentidos

Cada sentido que usamos,
Cada sentido me atrapa.
Es instrumento del cuerpo,
Es el piano del alma.

Cuando te percibo siento
Cada poro de tu espalda;
Cada tramo de tu piel
Que coronan nuestra cama.

Cuando te miro me veo
Por tus ojos capturada;
Dos Pegasos de azabache
Con tus pestañas aladas.

En mi nariz, un concierto
Con las fragancias gallardas,
Los efluvios de la tierra
En tu pelo impregnadas.

Y, mi gusto, ya transforma,
En la miel de tu mirada,
El sabor que cada beso
Vas sembrado por mi cara.

No terminara todo
Hasta sonada la magia
De un murmurado susurro
Diciéndome que me amas.

Me encarcela otro sentido.
Es la tormenta que escampa
Y mi corazón guarece
Aunque llegara la calma.

No lo posee materia:
El sentimiento del alma,
Caminando por tu cuerpo,
Enredados entre las sábanas.
Mi niño, descansa
tu cabeza en mi pecho
y así,
una palabra
se vuelve poema:
tu nombre en mis labios.

Te quiero

domingo, 18 de junio de 2006

mi mañana

No sé si mi mañana verá tu mañana, si tu mano encontrará un día mi mano, si podré escuchar tu voz o acariciar la tela que cubre tu cuerpo. No sé si el destierro quedará hecho añicos, como un espejo roto; si el marfil lánguido de tu alma formará parte del ajuar que adorne mis alegrías y tristezas, si dejaré de navegar sin timón a la deriva y encontraré el rastro de tus besos... Lo quemaré... quemaré mi dolor... y lo enterraré bajo corales...

Y una tarde cualquiera, sentiré tu presencia.

Cesará mi hambre de amar, cesará la guerra entre mi mente y mi corazón. Sentiré tus caricias... Veré que nuestras manos se confunden y que nuestros cuerpos se entremezclan hasta que no sepamos distinguir quien es quien...

agosto

El aire de agosto venía caliente. A las cuatro bajábamos con las bicicletas hasta la playa, cuando la estancia en las casas y en las calles del pueblo se hacía insoportable. A esas horas, la gente andaba con el sopor de la siesta, dormitando, bien bajo los parrales, en sus porches o en la tumbona, en la entrada de sus casas, con las ventanas y puertas abiertas y las cortinas meciéndose y bailando al tenue son de la leve brisa. No se veía un alma por las calles hasta las seis o las siete. A esas horas, los portales se habitaban, y la gente sacaba sus sillas para tomar el fresco, mientras algunas mujeres mostraban sus labores de ganchillo, otras rociaban la calle para que se asentara la tierra, y los hombres simplemente observaban a los transeúntes entre sarcásticos comentarios.

Mis amigas y yo íbamos por el viejo camino de la ermita de las huertas. Para todos, el paisaje era desolador: solo, seco, inundado por el sonido de las chicharras y el peligro latente de los alacranes. Sin embargo, la vista era hermosa ante nuestros ojos: los campos con sus áridos montes, salpicados de arbustos, esparto, chumberas y alguna palmera aislada. Una pequeña huerta de naranjos, varias higueras casi ermitañas y un superviviente sauce olvidado junto a las ruinas de un cortijo.

Desde el monte al que llamábamos Los Pelaos, por ser parte aparente de éste desierto que invade mi tierra, llegaba la vista hasta el mar, o hasta el pueblo, según se vaya o se venga, sin absolutamente ninguna forma de vida que les impidiera disfrutar a nuestros indagadores ojos. Y la mejor parte, cuando pasábamos por al lado de la balsa llena de agua de riego, para ver a los pájaros refrescándose. Siempre circulábamos junto a las antiguas acequias que antaño regaban los bancales, ya abandonados y en los que crecía alguna espiga de trigo o cebada despistada. Junto a los viejos cortijos, algún aljibe y su horno de pan, cuya forma siempre me ha recordado a una gigantesca magdalena. Luego rodábamos cuesta abajo, escuchando únicamente el resonar de las ruedas y las cadenas de nuestras bicicletas.

Hoy lo sé... por muy dura que resulte la vida, siempre me aferro a ese recuerdo. Sé que he tenido vivencias probablemente mejores: momentos apasionados, divertidos, importantes... pero la intensidad del momento y el sentimiento de paz siempre me han hecho creer que la felicidad es eso: rodar cuesta abajo por el camino de la ermita de las huertas.

Hoy

El mecanismo humano es muy curioso...
Hoy vuelvo a sentir la garganta anudada a sentimientos de impotencia. Tanto como deseo sentir tus dedos palpándome, sintiéndome, y yo me enredo y volteo mis más lúgubres emociones, y no es la huella de tu piel en la mía la que hoy predomina...

Soy como un animal en el bosque, deseando pasar desapercibido... Pero el patoso oso estrepitosamente se mueve por esta fronda, buscando hadas y elfos que lo conviertan en viento...

Mi mente divaga en extrañas culpas... entre dedos que señalan y mi propia imaginación, soy rea de tus besos, de tus caricias... simplemente. Es tu fuego el único que me consume, el único infierno donde deseo pagar mis culpas... tus brazos.

recuerdos

En la tenue luz del ocaso, rememorando viejos recuerdos guardados en un cajón de la memoria, ajado de tantos instantes que, en su momento resultaron tan pequeños... y el tiempo los hizo grandes... un cajón reservado para instantes sedientos de paz, de hambre de abrazos amigos...

Momentos donde la mente divaga entre campos preñados de vida y mares añejos y embriagadores, momentos en q mi camino se encuentra en un cruce de caminos.

Hacia donde marchar... hacia dónde...

Hacia el punto donde pueda volver a sacar ese cajón, limpiarle el polvo y mirar, con una sonrisa en los labios, que todo lo que atrás queda, siempre el caleidoscopio del tiempo lo embellece.

sábado, 17 de junio de 2006

más sobre mí

Me gusta...
Artistas: Revolver, Luz casal, Secretos...
Canciones: Faro de Lisboa, Besaré el suelo otra vez, Ojos de gata...
Series: Dr. Housse
Películas: No pienso ver el "Código", pero simplemente porque el libro no me gustó mucho (no por el tema, sino por como está escrito) y el final era demasiado artificioso, obbio y meloso.
Actores: Tengo mala memoria, no recuerdo los nombres de los actores. Es J.luis quien me los dice. Yo le digo: "Aquel actor que salía en..." y él dice el nombre.
Libros: Tengo en la mente un recuerdo especial para "La historia interminable", "El nombre de la Rosa", "La casa de los Espíritus", "El perfume", "El general no tiene quien le escriba", "Como agua para chocolate"... cada uno es especial por algo, pero me gustan más el realísmo mágico latino.
Escritores: Desde Sor Juana Inés de la Cruz, a Gabriel García Márquez
Deportes: Andar, pasear, nadar...
Atletas: Ninguno, me aburre verlo.
Actividades: No hacer nada.
Lugares: Un bosque verde, una playa arenosa, una montaña nevada...

Más acerca de mi...

Cuando era pequeño...:
Vivia en una casa encima de la de mis abuelos, enfrente teníamos un parral y un huerto de naranjos. Bajo la escalera una aljibe de agua fresca. Delante de la puerta teníamos una mesa de piedra con un botijo lleno del agua del aljibe. Siempre que pasaba frente a la mesa bebía...

Cuando sea mayor...:
Quiero vivir en el campo, en una vieja casa, con una higuera, olivos, naranjos, gatos y perros... y gallinas

Durante la semana...:
Trabajo. Y tengo unos caprichos que me hacen la vida felíz: Por la mañana salgo a desayunar con J.luis. Un solo y un cortado, por favor... La leche no la calientes, mejor del tiempo. A ver... el periódico... ¿Has leido esto, cariño?

Me gustaría...:
Tener cerca a mi familia. Ir a la casa de mi hermana a chismorrear; ver cada dia lo que crecen mis sobrinos; sentarme junto a mi madre a leer una revista; discutir con mi abuela, porque me sigue viendo como una niña...

Creo...:
Creo que si no tuvieramos la tendencia a creer que nuestra aportación al mundo es pequeña, haríamos grandes cosas.

Quiero...:
Quiero que me sueñes...
Quiero colarme a través de una rendija en tu cuarto,
quiero furtivamente, como un ladrón llegar hasta tu cama
quiero, simplemente colarme en tus sueños....
Que me sueñes, solo con eso me conformo, ¿Tanto pido?

Así, los besos vendrían después, bailaré para ti en este parque público, en esta avenida, en estos matojos... y extenderé mis brazos, amorosa, frente a tus deseos.

Me conocerás por...:
Mis poemas, mis fotos, mis historias...

Saludo...:
A mis amores (mis hijos, mi madre, mi niño, mis hermanos, mis amigos, mis compañeros)