domingo, 18 de junio de 2006

mi mañana

No sé si mi mañana verá tu mañana, si tu mano encontrará un día mi mano, si podré escuchar tu voz o acariciar la tela que cubre tu cuerpo. No sé si el destierro quedará hecho añicos, como un espejo roto; si el marfil lánguido de tu alma formará parte del ajuar que adorne mis alegrías y tristezas, si dejaré de navegar sin timón a la deriva y encontraré el rastro de tus besos... Lo quemaré... quemaré mi dolor... y lo enterraré bajo corales...

Y una tarde cualquiera, sentiré tu presencia.

Cesará mi hambre de amar, cesará la guerra entre mi mente y mi corazón. Sentiré tus caricias... Veré que nuestras manos se confunden y que nuestros cuerpos se entremezclan hasta que no sepamos distinguir quien es quien...

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