sábado, 19 de marzo de 2011

Me sumerjo en el rio de tu nombre

Me sumerjo en el río de tu nombre.
Nado entre besos soñados y las caricias de seda blanca del perfume de tus manos.
Cedo mi sitio, me levanto de la vieja silla. El crujir de la madera me delata.
Sentada en un rincón, observando sin ser observada, me llevo la mirada repleta de historias de taberna.
Ahora me miras. Creí haber sido aire, agua, transparente.
Sumergida en el río de tu nombre.
No esperes un resumen de la vida salida de mis labios. Lo escucharás pronto, pero no de mí.
Lo escucharás de ella.
Y yo volveré a la mañana con mis brazos repletos de flores. No se cuales.
Y después la miel más dulce traerá el desayuno...
Y se llenará de vida de nuevo la taberna.
Y entre tanto, sigo sumergiéndome en el río de tu nombre.

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